Acudimos al local aconsejados por una vecina de la zona donde se encuentra este restaurante en la calle Ferraz, 36 28008 Madrid, normalmente siempre doy la dirección porque más de una vez alguno de los lectores así me lo han pedido, en ésta ocasión quiero resaltarla en sentido negativo.
Se puede decir que ha sido algo insólito ya que es la primera vez en años de los muchos que ya tengo que me ha pasado.
Nos ofrecen como hacen en algunos lugares platos fuera de la carta , esta práctica cada día suele ser mas habitual, de momento siempre desconoces el precio y nunca sabes lo que vas a tener que pagar, normalmente hay platos sugerentes que a pesar de éste inconveniente te lo ofrecen y aceptas.
El menú elegido ha sido unos mejillones al vapor con purrusalda y tomate picante, fuera de carta kokotxas rebozadas y unas pochas con trufa negra también fuera de carta como plato fuerte.
Se puede decir que ha sido algo insólito ya que es la primera vez en años de los muchos que ya tengo que me ha pasado.
Nos ofrecen como hacen en algunos lugares platos fuera de la carta , esta práctica cada día suele ser mas habitual, de momento siempre desconoces el precio y nunca sabes lo que vas a tener que pagar, normalmente hay platos sugerentes que a pesar de éste inconveniente te lo ofrecen y aceptas.
El menú elegido ha sido unos mejillones al vapor con purrusalda y tomate picante, fuera de carta kokotxas rebozadas y unas pochas con trufa negra también fuera de carta como plato fuerte.
La sorpresa nos la hemos llevado con las pochas pues nunca nos habían sacado un plato más aguado, soso, y falto de sabor, cuando solo la salsa de las mismas suele dar para poder mojar pan y tener que tomar algún Almax para poder hacer bien la digestión.
Hemos hecho saber que no estaban en condiciones de comer las mismas y una vez nos las han retirado se han negado a que eligiéramos otro plato de la carta diciendo que a lo mejor tampoco nos gustaría lo que nuevamente pidiéramos.
Ante este gesto por parte de los camareros nos dicen que si queremos el cocinero (dueño) nos lo aclararía, a lo que aceptamos hablar con él y nos dice que para él si que están buenas, aunque unas veces suelen salir mejor que otras.
Normalmente cuando un cliente de restaurante y no capricho rechaza algún plato suelen retirarlo y te piden disculpas, en este lugar no solo no se disculpan sino que además se niegan a darte la carta para elegir un nuevo plato.
Mal muy mal por el dueño de Entrevinos que a pesar del tiempo que lleva tiene mucho que aprender, sobre todo a reconocer cuando se equivoca.
Tanto los mejillones como las Kokotxas estaban muy bien hechas y las hemos acompañado con un vino de Rioja, Sierra Cantabria.
Hasta nunca.
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