miércoles, 5 de noviembre de 2008

Santander

Santander capital de Cantabria y con unos 190.000 habitantes aproximadamente, es una ciudad cómoda, relajada que vive sin prisas y mirando siempre al mar.
Me gusta quedarme mirando desde el Paseo Pereda junto a las figuras de bronce de "los raqueros", el mar y ver enfrente El Puntal con sus arenas doradas de aguas claras su paisaje semi-virgen, un poco más alejado Somo y Pedreña, ver las gaviotas con ese ir y venir como si fueran las únicas que tienen prisa en esa pausa del tiempo.
Cruzando la bahía vemos a los barcos turísticos que hacen el recorrido por la península de la Magdalena con su hermosos jardines, el club de tenis, su palacio en la cumbre que alberga desde el año 1932 la Universidad Internacional Menendez Pelayo y que fue construido a principios del siglo XX con suscripción popular para albergar al rey Alfonso XIII y su familia que lo disfrutaron hasta la proclamación de la II Republica.
Desde el puerto de Santander salen los grandes barcos que irán al sur de Inglaterra, petroleros, cargueros y como no los de recreo que podemos disfrutar en "Puerto Chico" junto a su club náutico.
Las playas otra de las delicias de la ciudad algunas de ellas como La Magdalena, El Bikini, El Camello, La Concha, El Sardinero, La Segunda, Mataleñas, La Maruca, etc.., todas con arenas finas y aguas limpias pero frías.
De la ciudad me quedo con la zona centro con el Paseo Pereda, La Plaza Porticada, La Plazuela Pombo, Cañadio, Castelar, Puerto Chico, El Palacio de Festivales, calle del Martillo, mercado del Este, La Plaza del mercado todas estas calles con sus bares, restaurantes y mesones que hacen de su gastronomía una delicia al paladar, no podemos irnos sin probar los famosos pintxos.
Destaco el señorío y elegancia de la zona del Sardinero con sus elegantes hoteles, palacetes y casas de principio del siglo pasado así como los jardines de Piquio y el Casino.
En el lado contrario nos encontramos con su famoso y humilde barrio pesquero pero no por eso menos acogedor con sus bares y restaurantes ofreciendo los mejores pescados y mariscos del Cantábrico encontrándonos con esos asadores de sardinas que nos envuelven con olor a mar.
En resumen una ciudad muy bella que acoge todos los años a miles de turistas que llenan de alegría y color sus plazas y calles.
Recomiendo su visita en cualquier época el año, aunque a finales de Julio por sus fiestas patronales asi como el mes de Agosto con numerosos eventos al aire libre, conciertos musicales y esas reuniones a las puertas de los locales que dan un ambiente único, veraniego y festivo.