martes, 4 de febrero de 2014

Vida de Pi

La Vida de Pi, es la primera novela de Yann Martel y premio Booker Prize, canadiense nacido en 1963 en España,  hijo de diplomaticos cuya  infancia ha transcurrido por Francia, México o Alaska, estudió filosofía en la Universidad de Trent y ha vivido también en Irán.
La novela transcurre la primera parte en Pondicherry, India, donde nuestro protagonista Pi Pattel, es el hijo del dueño del zoológico de la ciudad.
Allí transcurre la infancia hasta los dieciséis años de Pi, un estudiante con unas ideas religiosas que abarcan desde el cristianismo, judaísmo o el islam, aprovechando lo mejor de cada una, pero sin una clara definición.
Cuando el gobierno de Pondicherry cambia, el padre decide emigrar a Canadá con la familia y vender todos los animales del zoo, pero una  fuerte tormenta hunde al barco en que que viajaban.
En medio del Pacífico Pi, se encuentra en un bote de salvamento sin sus padres y sin su hermano, ha quedado huertano.
En la barcaza se encuentra con una hiena, un orangután , una cebra con una pata rota y un macho de tigre de Bengala, Richard Parker, todos animales del zoo que su padre  ha vendido a circos y zoologicos de Canada y como él han sido victimas del naufragio.
Ante tal situación solo le queda la posibilidad de ser ingenioso e intentar sobrevivir en medio de unos animales que se van a ir alimentando siguiendo el instinto de cadena alimentaria, su meta SOBREVIVIR.
En su largo viaje nos encontraremos con situaciones extraordinarias que gracias a su ingenio y habilidad le permiten llegar a poder contar su excentrico viaje.
Lectura de gran imaginación que personalmente no me ha cautivado, esperando algo más de la misma.

lunes, 3 de febrero de 2014

Restaurante Los Naranjos

El restaurante Los Naranjos se ubica en la Avda. Justo y Pastor 146 de Valencia, distrito 46022, hace poco tiempo que ha reabierto sus puertas, desconozco si ha cambiado de dirección.
Decidimos acercarnos y ver la nueva carta compuesta principalmente de menús cerrados con precios competitivos.
Trato muy agradable, local donde se podía hablar sin alzar la voz, solo había dos mesas un viernes por la noche la nuestra compuesta por ocho comensales y otra de tres, buen servicio de mesa sin esperas largas entre los platos.
El menú ( 18 euros por persona) que escogimos fue de cuatro  entrantes: tostas con patés variados, chistorra a la sidra, mejillones al vapor, croquetas de jamón, ensalada con ventresca de atún con tomate y a  elegir entre carne, concretamente entrecot ó pescado, emperador a la plancha, postres, vinos y cafés.
Discreto pero aceptable.